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EL REINADO DE ALFONSO XIII

Cuando Alfonso XIII es coronado rey en su mayoría de edad, España es una sociedad completamente diferente a cuando se estableció el régimen de la Restauración en 1875. Es una sociedad más moderna, urbanizada, con un menor peso de lo agrario, industrializada -la neutralidad en la guerra mundial del 14 reforzó este proceso-, donde la clase obrera estaba creciendo espectacularmente y su representación política y en la cual el discurso de los partidos tradicionales estaba perdiendo fuerza. 

Todos reconocen que después de la crisis de 1898, los sucesos de 1906 con el ejército, las revueltas populares de 1909 y la fragmentación política de los partidos turnistas -sin lideres claros y enfrentados en facciones minoritarias en las Cortes- abren un grave periodo de crisis en el sistema.

1917 es el año clave de esta crisis. La Asamblea de Parlamentarios, la crisis de subsistencia, la revolución obrera o las Juntas de Defensa Militar ponen a los diferentes gobiernos y, al mismo sistema, contra las cuerdas. 

Gobiernos cada vez más fragmentados y minoritarios, que gobiernan al margen de las Cortes son incapaces de dar solución a la crisis económica de postguerra, a las movilizaciones obreras del llamado "Trieno bolchevique" (1918-1921), la Guera en Marruecos o la creciente importancia del anarcosindicalismo, el socialismo, el nacionalismo y los partidos republicanos. 

La Dictadura es la respuesta de las élites, los militares y la Iglesia a la incapacidad de los gobiernos para mantener el control social y económico del país. Primo de Rivera muestra ejemplos iniciales de lo que luego será el fascismo y el Franquismo y fracasará por su expansiva política económica, la ausencia de libertades y la falta de un proyecto político de futuro. La llamada "Dictablanda" explica claramente su fracaso. 

Es el momento de la República. 

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